¡KARATE, NO ES GOLPE!
Por: Marjorie Rojas.
No tengo armas, pero, estoy obligado a
defenderme, a defender mis principios, mi honor, si es cuestión de vida o
muerte, de derecho o de injusticia, entonces aquí están mis
armas: las manos vacías.
GichinFunakoshi
Al pasar por
la puerta de la academia recuerdo muchas cosas que escuchaba decir a algunas
personas cuando les mencionaba el nombre Karate, y es que muchas de ellas me
decían: “El karate sólo es para golpear”, “Quieres pelearte con alguien,
aprende karate”. Pelear, pelear, pelear, al parecer esa es el único concepto
que tiene la mayoría de la gente en la mente cuando le mencionan la palabra
“Karate”. ¿Y qué es realmente Karate? ¿Pelear como dicen muchos?
Esta
academia tiene el nombre de “Bukizendo”, cuenta con tres profesores dedicados a
la enseñanza exclusiva de los alumnos; viene funcionando 11 años consecutivos;
en los cuales participa en campeonatos dentro y fuera del país, los alumnos dan
examen cada tres meses para avanzar de grado (cambiar de color de cinturón).
Para tener
un conocimiento más amplio acerca de este arte marcial, hemos realizados dos
entrevistas; al instructor principal de la Academia: José Rojas (49) y a uno de
los alumnos más antiguos de la escuela: Yeray Salcedo (16), quienes nos
explicarán que es el “Karate para ellos”, y qué significa en sus vidas.
VISIÓN DE PROFESOR
“Es un arte marcial japonés de defensa personal, lo pueden practicar todas las personas de diferentes edades y géneros”, dijo.
Al pasar y visualizar la gigantografía en la fachada con frases como: “Karate formativo y de competencia”, “Arte, disciplina y deporte total”, “Pierde la timidez y adquiere confianza”, “Fortalece el carácter” o “Regula la hiperactividad mejorando la concentración” me pregunto ¿eso es realmente el karate?, ¿En todo eso nos ayuda?, esa es la respuesta a la pregunta, ¿El karate no es golpear?, o pelear como dicen, el karate es una disciplina. El profesor nos explica sobre esto.
“Como su mismo nombre lo dice es un “Arte marcial”, la palabra marcial viene de marcialidad, viene de orden, de puntualidad, de elegancia y de educación física”, añadió.
En la academia o “dojo” como se dice en japonés se respira aire puro, se percibe un ambiente tranquilo, se siente paz total, da la sensación que es un lugar para sacar todas las cosas negativas, desde un simple grito hasta una patada en uno de los sacos colgantes. Sensaciones que son de mucha importancia para el practicante, éste se debe sentir cómodo.
Tiene un piso de goma llamado “tatami” de 8 por 9 metros, donde los practicantes pisan tres veces por semana para empezar la práctica de su arte, de su disciplina, de su deporte total. Un área con mucha ventilación, con objetos que son de ayuda para la práctica, como un saco de guayo, donde los alumnos practican las patadas, los escudos o mitones (guantes) que utilizan cada vez que se enfrentan a un compañero para una pelea amistosa y algunas pesas que se colocan en las piernas o brazos que tienen como objetivo sacar rapidez.
“El karate aparte de ser a un arte marcial, es un deporte formativo, los practicantes de karate a través de los ejercicios y las técnicas que realizan, hace que se sientan mucho más seguros de sí mismos, pierden sus temores, agarran confianza, destreza física y mental, por lo tanto el practicante al sentir que ha ganado confianza y destreza genera un cambio positivo en su actitud”, finalizó.
José Rojas además de ser el instructor principal de Bukizendo, fue el fundador de esta academia; debido a esto para él esta escuela tiene una gran significación en su vida personal. Empezó a dictar clases en la sala de una casa con tan solo tres alumnos, pues su amor y su pasión por el karate era tanto que no le importaba ni el lugar ni con cuántos alumnos contaba para empezar. Y aunque nos cuenta que muchas personas lo criticaron en su juventud por haber aprendido este arte marcial, él no vaciló en su sueño de fundar su academia de karate, y enseñar lo que aprendió en la vida gracias al karate.
“La academia de karate Bukizendo se fundó un 22 de setiembre del año 2006. Para que ello ocurra ya trabajaba tres años consecutivos incrementando el número de practicantes, y a pedido de ellos se decide institucionalizar la escuela para que tenga un mejor reconocimiento en el ámbito nacional” relató.
Según el instructor el nombre de la academia de karate sintetiza su filosofía, y etimológicamente significa:
“El arte marcial y la fuerza del espíritu limpio son el camino”, frases de mucho significado, en tanto a través del karate pude conocer mis virtudes, falencias, habilidades, limitaciones y a los demás” explicó.
Por esa razón nos sorprende que los profesores se dediquen a la formación y disciplina de los alumnos, enseñándoles puntualidad, responsabilidad, entre otros. El profesor nos explica un poco cuál es el objetivo que él tiene para con sus alumnos.
“Lo primero que busco es transmitir mis conocimientos, guiarlos por el buen camino aprovechar el talento que cada uno de ellos tiene para canalizarlos y hacer de ellos personas de provecho para la vida. Eso sería por la parte filosófica y espiritual, pero si nos referimos a la parte deportiva, con la participación masiva de la sociedad promovemos el deporte sano y competitivo a nivel nacional, para luego representarlo en el ámbito nacional”, acotó.
Karate es un arte marcial que ayuda a los practicantes a través de los ejercicios y técnicas que realizan a que se sientan más seguros de sí, a que pierdan sus temores, ayuda a los hiperactivos, a los introvertidos; si hablas mucho te enseña a moderarte, a pensar antes de hablar, si hablas poco te enseña a soltarte, a hablar en público, a que pierdas el tabú que algunos tienen con respecto a la burla, a que agarren confianza, destreza física y mental, les enseña compañerismo; conforme los alumnos avanzan de grado también deben avanzar a madurar, pues cada uno de ellos aprende a respetarse entre compañeros, a corregirse entre ellos, apoyarse para la práctica. Esta disciplina genera un cambio positivo en su actitud.
KARATE CAMBIÓ MI VIDA
Yeray Salcedo; empezó a practicar karate hace tres años, llevado únicamente por el interés usual hacia esa disciplina. Él antes de iniciar sus prácticas era un chico con mucha timidez, retraído, poco expresivo. Ahora él mismo nos cuenta como fue cambiando todo esto que era para convertirse en lo que hoy es; un joven más seguro de sus pasos.
“En un principio lo veía como algo que me interesaría practicar, me movía la idea de las peleas, la defensa personal y todo lo demás que se dice; era consciente de cómo era yo, una persona reservada, pero nunca pensé que al matricularme en esta academia de karate me transformaría en el sentido de volverme mucho más sociable, de no tener vergüenza, de hablar en público, de gritar, mirar al frente cuando camino, de salir a comprar el pan sin miedo, ahora que practico me siento muy muy a gusto con lo que hago”, contó
Yeray también tuvo algunas experiencias que recuerda con mucha alegría, y nos cuenta una de ellas que para él ahora es algo que no tiene por qué temer.
“Recuerdo algo que me pasó hace poco, siempre le he tenido mucho miedo a los perros, de hecho al solo escuchar sus ladridos se me escarapelaba el cuerpo, y en una oportunidad cuando caminaba por la calle regreso a mi casa, se me cruzó un perro que me empezó a ladrar, y lo único que hice fue un “kiai” fuerte (grito de los karatekas) con todo mi espíritu, y el perro se fue totalmente asustado”, relató.
Una experiencia muy buena que tuvo el joven Salcedo, ya que por medio de lo que le aconteció pudo darse cuenta del cambio que el karate ha generado en él, del haberse formado de una manera segura.
Al salir de la academia Bukizendo, iba todo el camino pensando en lo que en verdad era el karate, no es algo que sirva para pelear, o una pérdida de tiempo, es una disciplina formativa para la vida, nada se parece a como lo pintan los que pasan por la calle y miran con una risa burlona el letrero “Karate”.
VISIÓN DE PROFESOR
“Es un arte marcial japonés de defensa personal, lo pueden practicar todas las personas de diferentes edades y géneros”, dijo.
Al pasar y visualizar la gigantografía en la fachada con frases como: “Karate formativo y de competencia”, “Arte, disciplina y deporte total”, “Pierde la timidez y adquiere confianza”, “Fortalece el carácter” o “Regula la hiperactividad mejorando la concentración” me pregunto ¿eso es realmente el karate?, ¿En todo eso nos ayuda?, esa es la respuesta a la pregunta, ¿El karate no es golpear?, o pelear como dicen, el karate es una disciplina. El profesor nos explica sobre esto.
“Como su mismo nombre lo dice es un “Arte marcial”, la palabra marcial viene de marcialidad, viene de orden, de puntualidad, de elegancia y de educación física”, añadió.
En la academia o “dojo” como se dice en japonés se respira aire puro, se percibe un ambiente tranquilo, se siente paz total, da la sensación que es un lugar para sacar todas las cosas negativas, desde un simple grito hasta una patada en uno de los sacos colgantes. Sensaciones que son de mucha importancia para el practicante, éste se debe sentir cómodo.
Tiene un piso de goma llamado “tatami” de 8 por 9 metros, donde los practicantes pisan tres veces por semana para empezar la práctica de su arte, de su disciplina, de su deporte total. Un área con mucha ventilación, con objetos que son de ayuda para la práctica, como un saco de guayo, donde los alumnos practican las patadas, los escudos o mitones (guantes) que utilizan cada vez que se enfrentan a un compañero para una pelea amistosa y algunas pesas que se colocan en las piernas o brazos que tienen como objetivo sacar rapidez.
“El karate aparte de ser a un arte marcial, es un deporte formativo, los practicantes de karate a través de los ejercicios y las técnicas que realizan, hace que se sientan mucho más seguros de sí mismos, pierden sus temores, agarran confianza, destreza física y mental, por lo tanto el practicante al sentir que ha ganado confianza y destreza genera un cambio positivo en su actitud”, finalizó.
José Rojas además de ser el instructor principal de Bukizendo, fue el fundador de esta academia; debido a esto para él esta escuela tiene una gran significación en su vida personal. Empezó a dictar clases en la sala de una casa con tan solo tres alumnos, pues su amor y su pasión por el karate era tanto que no le importaba ni el lugar ni con cuántos alumnos contaba para empezar. Y aunque nos cuenta que muchas personas lo criticaron en su juventud por haber aprendido este arte marcial, él no vaciló en su sueño de fundar su academia de karate, y enseñar lo que aprendió en la vida gracias al karate.
“La academia de karate Bukizendo se fundó un 22 de setiembre del año 2006. Para que ello ocurra ya trabajaba tres años consecutivos incrementando el número de practicantes, y a pedido de ellos se decide institucionalizar la escuela para que tenga un mejor reconocimiento en el ámbito nacional” relató.
Según el instructor el nombre de la academia de karate sintetiza su filosofía, y etimológicamente significa:
“El arte marcial y la fuerza del espíritu limpio son el camino”, frases de mucho significado, en tanto a través del karate pude conocer mis virtudes, falencias, habilidades, limitaciones y a los demás” explicó.
Por esa razón nos sorprende que los profesores se dediquen a la formación y disciplina de los alumnos, enseñándoles puntualidad, responsabilidad, entre otros. El profesor nos explica un poco cuál es el objetivo que él tiene para con sus alumnos.
“Lo primero que busco es transmitir mis conocimientos, guiarlos por el buen camino aprovechar el talento que cada uno de ellos tiene para canalizarlos y hacer de ellos personas de provecho para la vida. Eso sería por la parte filosófica y espiritual, pero si nos referimos a la parte deportiva, con la participación masiva de la sociedad promovemos el deporte sano y competitivo a nivel nacional, para luego representarlo en el ámbito nacional”, acotó.
Karate es un arte marcial que ayuda a los practicantes a través de los ejercicios y técnicas que realizan a que se sientan más seguros de sí, a que pierdan sus temores, ayuda a los hiperactivos, a los introvertidos; si hablas mucho te enseña a moderarte, a pensar antes de hablar, si hablas poco te enseña a soltarte, a hablar en público, a que pierdas el tabú que algunos tienen con respecto a la burla, a que agarren confianza, destreza física y mental, les enseña compañerismo; conforme los alumnos avanzan de grado también deben avanzar a madurar, pues cada uno de ellos aprende a respetarse entre compañeros, a corregirse entre ellos, apoyarse para la práctica. Esta disciplina genera un cambio positivo en su actitud.
KARATE CAMBIÓ MI VIDA
Yeray Salcedo; empezó a practicar karate hace tres años, llevado únicamente por el interés usual hacia esa disciplina. Él antes de iniciar sus prácticas era un chico con mucha timidez, retraído, poco expresivo. Ahora él mismo nos cuenta como fue cambiando todo esto que era para convertirse en lo que hoy es; un joven más seguro de sus pasos.
“En un principio lo veía como algo que me interesaría practicar, me movía la idea de las peleas, la defensa personal y todo lo demás que se dice; era consciente de cómo era yo, una persona reservada, pero nunca pensé que al matricularme en esta academia de karate me transformaría en el sentido de volverme mucho más sociable, de no tener vergüenza, de hablar en público, de gritar, mirar al frente cuando camino, de salir a comprar el pan sin miedo, ahora que practico me siento muy muy a gusto con lo que hago”, contó
Yeray también tuvo algunas experiencias que recuerda con mucha alegría, y nos cuenta una de ellas que para él ahora es algo que no tiene por qué temer.
“Recuerdo algo que me pasó hace poco, siempre le he tenido mucho miedo a los perros, de hecho al solo escuchar sus ladridos se me escarapelaba el cuerpo, y en una oportunidad cuando caminaba por la calle regreso a mi casa, se me cruzó un perro que me empezó a ladrar, y lo único que hice fue un “kiai” fuerte (grito de los karatekas) con todo mi espíritu, y el perro se fue totalmente asustado”, relató.
Una experiencia muy buena que tuvo el joven Salcedo, ya que por medio de lo que le aconteció pudo darse cuenta del cambio que el karate ha generado en él, del haberse formado de una manera segura.
Al salir de la academia Bukizendo, iba todo el camino pensando en lo que en verdad era el karate, no es algo que sirva para pelear, o una pérdida de tiempo, es una disciplina formativa para la vida, nada se parece a como lo pintan los que pasan por la calle y miran con una risa burlona el letrero “Karate”.